Karine Bossavy

 

 

Intimité II

 

 

 

 

 

Travail numérique qui allie le noir et blanc et la couleur. Ce un travail fait écho à une série que j’ai réalisée il y a une dizaine d’années lorsque j’habitais à Barcelone. L’idée étant de photographier des objets du quotidien ou des plantes dans ce cas, que tout le monde connait, mais ne remarque pas ou plus, car nous vivons dans des sociétés dont le rythme agité et précipité nous empêche toute forme de repos et de contemplation. L’utilisation du sténopé comme celle de la macrophotographie, permet de voir les fleurs sous un autre angle et la perte de certains détails, qu’elle soit le résultat de leur utilisation ou du flou dû au mouvement du boîtier, permet de se concentrer sur d’autres aspects ; et mettre en valeur les jeux de couleurs et de lumières. De cette façon, les images deviennent des abstractions. Ce sont en quelques sortes des déconstructions-reconstructions où l’on se perd entre ce qui est, ce dont on se souvient et le devenir. Un voyage entre réalité, rêve et souvenir…     KB

 

 

         "Once años después de su trabajo Paradis Terrestre – Intimidades, presentado en la Primavera Fotográfica de Barcelona de 2004, Karine Bossavy desnuda nuevamente el mundo vegetal aunque esta vez lo hace sin recato, en ocasiones incluso de forma descarnada pero siempre sutil, hermosa y elegantemente. Bossavy transfigura observador y objeto observado al establecer una simbiosis permanente entre ambos; coloca al primero en el tiempo de las flores, en su ritmo, al sumergirle en un hipnótico recorrido a través de la vida de las plantas y de su lento e ineludible desvanecimiento.

 

         La fotógrafo acerca su objetivo a brotes y yemas saltándose cualquier distancia de seguridad entre ella misma y los tallos y pétalos que capta, zambulléndose en ellos hasta perderse y llevándose consigo al espectador que también se siente extraviado en tan osado ejercicio de observación. Semejante proximidad atrapa a éste y la simplicidad, fragilidad y misterio de las imágenes actúan como vivo reflejo de su propia vulnerabilidad.

 

         Y es que tal y como la pintora norteamerican Georgia O'Keeffe hizo hace un siglo con el pincel, Bossavy, con su afán de escrutar sin compasión ramas, estambres y pistilos, acaba apoderándose de su alma vegetal hasta el punto de casi arrebatarles su condición existencial para convertirlos poco menos que en materia onírica, espectral, en un juego de movimiento, de luces, de colores y texturas que rompe la línea entre lo real, lo imaginario, lo pensado, lo recordado, lo humano y lo vegetal.

 

         No en vano, en este trabajo el paraíso ha dejado de ser terrestre y las plantas se nos muestran en un espacio diríase etéreo, donde en ningún momento vemos la base de la planta, su arraigo. INTIMITÉ II nos transmite el perfume del amarilis en todo su esplendor y también el suave hedor de su decrepitud marchita; decadencia vegetal de hiriente hermosura que nos remite a lo humano, a nuestra debilidad, a la flaqueza de nuestra percepción y de nuestra memoria y a la fugacidad de la existencia que parece proyectarse más allá de su extinción."

 

                                                                                                                                                                                                             Isabel Cadalso

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